China, lejos de la especulación inmobiliaria cerca de la tecnología

"Debemos comunicar las políticas al público de manera bien orientada para crear un entorno político estable, transparente y predecible", dijo el primer ministro chino Li Qiang al presentar su primer informe de trabajo en el que se esbozaban los objetivos políticos para el año.

Li dijo que Beijing seguiría adelante con la “transformación del modelo de crecimiento”, incluso mediante una reforma fiscal, fomentando el talento en tecnología, impulsando el consumo interno,  y emitiendo 1 billón de yuanes (139 mil millones de dólares) en bonos gubernamentales especiales.

"No debemos perder de vista los peores escenarios y debemos estar bien preparados para todos los riesgos y desafíos", dijo Li.

Li dijo que el gobierno buscaría crear 12 millones de nuevos empleos urbanos y alcanzar una tasa de desempleo del 5,5 por ciento.

Li también dijo que el presupuesto militar de China aumentaría un 7,2 por ciento a 1,66 billones de yuanes (231.400 millones de dólares).

La hoja de ruta económica de China, que coincide con el objetivo del año pasado, se produce en un momento en que la economía china se enfrenta a múltiples desafíos, incluida una crisis inmobiliaria, la desaceleración de las exportaciones, tensiones geopolíticas con Estados Unidos, una disminución de la población, una enorme deuda y un desempleo juvenil récord.

La economía de China creció oficialmente un 5,2 por ciento en 2023, su desempeño más débil en décadas, excluyendo la recesión pandémica de COVID-19.
"El objetivo de crecimiento de 'alrededor del 5 por ciento' muestra que China se ha alejado de perseguir una cifra fija con otras prioridades políticas, como la competencia tecnológica con Estados Unidos y la seguridad [ganando importancia]", dijo Gary Ng, economista de Natixis en Hong Kong. , dijo a Al Jazeera.
"Es difícil esperar algún tipo de estímulo tipo bazuca, ya que el gobierno sólo busca estabilidad en la economía, lo que significa que la tasa de crecimiento probablemente se desacelerará lentamente en el futuro".

En su discurso, Li reconoció los “múltiples desafíos” que enfrenta la economía, incluidas circunstancias externas difíciles y “problemas acumulados y profundamente arraigados”.

Los inversores siguen de cerca la reunión anual en busca de anuncios que refuercen la confianza en la economía.

Los inversores internacionales se han estado retirando de China a un ritmo récord: el año pasado salieron del país 68.700 millones de dólares en capital corporativo y familiar.

Los analistas han moderado las expectativas de medidas radicales para impulsar la economía debido a la aversión de Beijing al gasto social de base amplia.
Alicia García Herrero, economista jefe para Asia Pacífico de Natixis, dijo que el anuncio de un objetivo de déficit fiscal más bajo demostró que Beijing “no tiene ningún plan” para alcanzar su objetivo de crecimiento, que probablemente será más difícil de alcanzar que el año pasado.

"Esto significa que no habrá estímulo alguno, un poco más en los bonos gubernamentales especiales, pero es muy, muy pequeño", dijo García Herrero a Al Jazeera. "Esto significa que deberíamos preguntarnos cómo van a alcanzar este objetivo".

El discurso de Li el martes se produjo después de que funcionarios anunciaran que el primer ministro no celebraría una conferencia de prensa al final de la sesión anual de la legislatura por primera vez desde 1993.

La medida ha sido vista como un ejemplo más de los esfuerzos del presidente chino Xi Jinping por concentrar el control en manos del gobernante Partido Comunista.