Piscología y votos

Sábado 27 de Julio de 2024
Edición Nº 2138


8 06 2023

Piscología y votos

Ejemplos sobre como segmentar, identificar un grupo de votantes y acercase desde el reconocimiento de su comportamiento

Gustavo Petro había sido candidato presidencial dos veces. En ambas oportunidades el ganador había sido otro. Primero Juan Manuel Santos y después Iván Duque.

Se aproximaba una nueva elección presidencial colombiana en 2022. Muchos analistas y políticos decían que Petro tenía un techo inamovible más allá del cual no lograría crecer. Pero para ganar tenía que crecer, no podía hacerlo solamente con sus votos duros.

Todo el mundo sabía que un sector importante de la sociedad sentía temor hacia el candidato de izquierdas.

Investigando el tema, descubrí que una parte muy importante de quienes sentían ese temor tenían un mismo tipo de personalidad. Eran los que llamo "votantes metódicos" (esencialmente personas que se distinguen porque le dan prioridad al orden, la planificación y la ejecución responsable de sus tareas).

Esos votantes metódicos eran, de todos los grupos de personalidad, los que tenían peor imagen de Petro, los que sentían más miedo y otras emociones negativas respecto a él, los menos dispuestos a votarlo y los que más predominaban entre las madres (el sector social que más lo rechazaba).

Lo interesante era que apenas el 10 % de esos votantes metódicos se definían como "uribistas" (por el expresidente y principal referente de derechas Álvaro Uribe). Y que el 62 % de los metódicos le temía a Petro pero deseaba cambios en Colombia, pero cambios que fueran moderados y que aseguraran una estabilidad básica.

Para completar el cuadro, los votantes metódicos constituían el perfil de personalidad mayoritario en Colombia (un perfil que varía de país en país).

Mi análisis fue muy simple.
Un pequeño cambio favorable a Petro dentro de esos votantes metódicos significaría su triunfo presidencial.

El resto es historia conocida.
Petro dirigió mensajes constantes y específicos hacia esos votantes metódicos. Lo hizo durante más de un año tanto en pequeñas reuniones como en grandes actos públicos o en los medios de comunicación.

No solo se comunicó con ellos, claro. Pero especialmente con ellos.
Hizo mucho más que eso, también. Pero nunca dejó de ir por ese camino.

Escuchó a valiosos asesores, contrató a grandes profesionales, movilizó a un ejército de activistas, contó con la invalorable ayuda de su familia y trabajó hasta el límite de sus fuerzas.

Pero por encima de todo supo sintonizar con la mayoría de los colombianos.

Sintonía fina con los votantes. De eso van las grandes ligas de la política.
Para eso, nada mejor que la psicología.
Por algo muy simple.
Funciona.
Seas de izquierdas o de derechas o de otra cosa, da igual: funciona.

Escrito por: Daniel Eskivel